SU PRIMER CONTACTO CON EL ORDENADOR
No está mal que los pequeños se familiaricen con la informática desde sus primeros años de vida. Los ordenadores pueden ser un entretenimiento que fomente el desarrollo de ciertas capacidades relacionadas con la atención, la memoria o la coordinación. Sin embargo, hay que pararse a pensar cuál es la mejor introducción al uso de estas herramientas.
No hay que olvidar que ninguna máquina puede sustituir actividades fundamentales para cualquier niño, como hacer ejercicio en el parque, jugar con la arena y con otros niños o los cuentos y las canciones de los mayores.
¿A qué edad empezar?
No se puede decir cuál es la edad adecuada para introducir a un niño en el uso del ordenador, como no se puede determinar en qué mes comenzará a andar. Todo depende del desarrollo de cada niño y, sobre todo, de nuestro estilo de paternidad. Sin embargo, antes de los dos años, los niños no tienen coordinación ni capacidad para interaccionar con el PC, así que no supone un entretenimiento adecuado para ellos. Esto tampoco significa que después de esa edad deba convertirse en un hábito diario.
Hasta los tres o cuatro años no estarán preparados para empezar a utilizar programas sencillos adaptados su capacidad. A partir de los cinco o seis años podrán comenzar a navegar por Internet, siempre acompañados de un adulto. Muchas aulas de niños de tres años cuentan con un ordenador, integrado como un recurso más de aprendizaje.
Software adaptado para él
-Los mas pequeños siempre comienzan mirando y está bien que vean a sus padres tocar el teclado y manipular el ratón. Muy pronto desearán investigar con sus propias manos lo que hacen los mayores.
-Sobre los tres años pueden empezar a usar software adaptado para su edad acompañados por adultos. Hay que partir de sus intereses y de nuestra capacidad para manejar el ordenador. Existen recursos en internet y CD-ROM con juegos para estas edades
Limitar el tiempo de uso
Problemas con el lenguaje y la vista, de motricidad, propensión al sedentarismo, malos hábitos alimentarios o estimulación incorrecta son algunas de las consecuencias de la exposición excesiva a las pantallas.
Por eso, hay que limitar el tiempo de uso. Hasta los dos años lo mejor es la abstención. A partir de ahí podemos empezar a asomarles a la pantalla ocasionalmente. A determinada edad las exigencias de los pequeños serán incontenibles y habrá que establecer un tiempo máximo de uso. Algunos especialistas hablan de que el tiempo de exposición a pantallas y monitores no debería exceder la hora y media diaria.
No todo es bueno
Demasiado tiempo frente al ordenador resta tiempo para otras actividades. La adquisición del lenguaje requiere escuchar, observar y participar activamente del mundo, y el ordenador es limitado en estos aspectos. Además, el ejercicio físico y los juegos son fundamentales para el desarrollo, y utilizar el ordenador es una actividad sedentaria.
Hay que cuidar la vista. Al mirar a la pantalla no parpadeamos, se produce sequedad en la superficie ocular y una irritación que puede llegar a ser crónica. Pero la consecuencia más importante de mirar de cerca y durante mucho tiempo un monitor es que se produce una acomodación de los músculos de los ojos que predispone a la miopía.
Filtrar contenidos. Internet tiene muchos peligros como los contenidos violentos, acoso en el ciberespacio entre menores, desarrollo de comportamientos adictivos o contenidos pornográficos. Es muy importante filtrar los contenidos que ven los niños, para ello existen programas que permiten bloquear el acceso a contenidos para adultos.
Para evitar estos problemas la tarea de los padres consiste en introducir a sus hijos paso a paso en el manejo de los ordenadores. Por eso es necesario que haya una comunicación fluida entre padres e hijos y practicar juntos.